Cuando ya no me quedaron fuerzas
y mis hombros no soportaron el peso
que habían decidido cargar.
Cuando vi que nadie vendría
a sujetarme la vida.
Ni me daría de respirar.
Cuando se me secaron las lagrimas
y me sentí en el abismo.
Entonces y solo entonces.
Acudí a mi rescate.
Me largué
y lo dejé todo atrás.
A riesgo de escuchar:
"Qué egoista estás"
A riesgo de no poder
salvar a nadie más.
Me largué
y lo dejé todo atrás.
Y con el tiempo entendí,
lo valiente que es el que se va.