DT

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viernes, 20 de enero de 2012

Bla Bla Bla

Hablemos.
Hablemos de profundidad.
Hablemos de ti.
De tu tú y de ningún otro.
Hablemos de mañana.
Porque ayer lo olvidé.
Hablemos de sueños.
Hablemos de vida.
Y de todo lo que nos queda.
Hablemos de bailes bajo la luna.
Hablemos de sonrisas.
O mejor de carcajadas.
Sinceras, puras, contagiosas.
Hablemos de música.
De canciones que muevan.
Hablemos de miradas.
De ojos sin lágrimas.
Hablemos de pasear.
En el río, en el parque o en la calle.
Hablemos de amistad.
De amor.
De amor fraternal.
Hablemos de desinterés.
Hablemos de la lluvia.
De las tormentas de verano.
De saltar sin paraguas.
En cada charco.
Hablemos de princesas.
Hablemos de sapos,
de gatos con botas
y de camaleones chungos.
Hablemos de lo que gusta.
Hablemos de abrazos.
Hablemos de café.
Hablemos de bondad.
Hablemos de morir.
Sin miedo.
Hablemos de caladas.
Y de infinitos cigarrillos.
Hablemos de perdernos.
De compañía.
Hablemos de osos, burros o papagayos.
De nadar con delfines.
De tomar el sol en la playa.
Hablemos con guiños.
Hablemos en silencio.
Hablemos durmiendo.
Hablemos de lo que quieras.
Pero hablemos.
Hablemos de ti.
De tu tú y de ningún otro tú.
Porque no hay más.

sábado, 14 de enero de 2012

Frío cálido.

Me apetece frío.
Me apetece lluvia y chimeneas.
Quiero botas, calcetines gruesos y gorros.
Chocolate caliente, porras y castañas.
Quiero besos.
Dulces, salados, amargos, largos y cortos.
Besos en las manos
y en los pies.
Me apetece acurrucarme en el sofá,
y que alguien me acaricie.
El pelo, la espalda, la cintura, el ombligo y el cuello.
Quiero salir, saltar y hundirme en la nieve.
Me apetecen arboles,
esos que nunca pierden las hojas.
Ni la sonrisa.
Quiero sol,
de ese que calienta lo justo.
Me apetece brisa de invierno.
Crema de manos.
Quiero amor.
Amor de verdad,
amor de eres tú y nada más importa.
Y nada más necesito.
Lágrimas de acero,
agujas de cristal.
Flores que superan cualquier tempestad.
Firmes, intrépidas.
Me apetecen columpios y volar.
Volar hasta el cielo.
Quiero ser un colibrí.
O un ruiseñor.
Frágil, maravilloso.
Armónico.
Libre.
Quiero saltar de un acantilado
y dejar que el mar me lleve.
Lejos, al abismo.
Mar helado, inmenso, interminable, grandioso.
Sin horizonte.
Me apetece soñar.
Soñar con ese alguien.
Mi grande.
Tan tan grande.
Ya no ha vuelto.
Lo extraño.
Sus abrazos, sin pausa, sin prisa.
Sus susurros, exactos.
Su cuerpo, perfecto, mio.
Sus manos, enormes.
Su efluvio, cálido y limpio.
Dormiría en la eternidad,.
Quisiera vivir cuando me siento morir.
Llenar el vacío de rosas.
Perderme en su olor.
Embriagar la vida.
Encontrar el mundo.
Sentirme pequeña gigante, 
niña valiente.
Pletórica y tranquila. 
Protegida.
Sin miedo.
Y ser feliz.
Solo eso.






viernes, 13 de enero de 2012

5'

Cuanto tiempo.
Cuantas horas.
Cuantos minutos.
Cada segundo rasca.
Cada golpe.
Pum,
pum,
pum.
Tormentas de arena,
infinitas,
me pican los ojos,
no puedo ver.
Hace días que estoy aquí,
puede que meses,
tal vez años.
Ya no lo recuerdo.
El viento me zarandea,
de un lado a otro.
Soy marioneta.
Titere.
Muñeco de trapo.
Sucio y triste.
Incapaz.
Magullado.
Solo, siempre solo.
Si hubiera más muñecos...
Ah, seria diferente, mejor.
Pero se fueron,
supieron salir,
y yo me quedé.
Creyendo que alguno me llevaría con él.
Ah, si quedara alguien...
Alguien con quien hablar,
del viento.
Ahh...
Que ingenua.
Me pregunto como será fuera.
Dicen que no hay arena.
Que los ojos no pican.
Que no tienes que gritar.
Que el viento no te lleva
y que el sol calienta.
Tiene que ser extraño.
Ah, si hubiera otro.
Creo que me quedaré por aquí.
Con el viento.
Solo un ratito más.
Solo cinco minutos.
Cinco minutos.