DT

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domingo, 26 de mayo de 2013

Una vez más


Se me abren las noches.
Como el día a la mañana.
Como la puta al que paga.
Como la boca al que habla.
Se abren eternamente de nuevo.
Y me levanto y deambulo, por aquí, por allá.
A ver si me canso del cansancio y se cierra ya la luna.
Pero no, no hay manera.
Y a oscuras veo el caos aparentemente ordenado.
Y me pregunto a quien pretendo engañar. Si a mí o al que venga.
Y también si se dejará engañar o tan solo será un espejo más en el que mirarme. O un arrecife al que encallarme.
Y me pregunto cuanto peso son capaz de soportar estos hombros.
Mutilados de tanto arrastrar, de tanto tirar. De tanto llorar.
Si mi estómago dejara de dudar, si mis manos dejaran de temblar.
Si mi voz no fuera muda y las mantas dieran el calor que nadie da.
Si creyeras que la calma no es fingida y pensaras por un instante que no sé gritar. Que tampoco necesito respirar.
Entonces te diría que tienes razón.
Que las noches son oscuras y los días claros.
Que me gusta dormir sola, sin abrazos.
Una vez más.