DT

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domingo, 3 de abril de 2011

Ya no.

Ya no recuerda nada.
No quiere.
Ya no.
Ya no ve.
Ya no piensa.
Tampoco duerme.
Antes le pregunté 
No respondió.
No quiso.
No pudo.
Solo la veo llorar.
Lágrima tras lágrima.
Creía que era incapaz.
Pero me sorprendió.
Una vez más.
Lloro con ella,
para que no se sienta sola,
pero de nada sirve.
Intento abrazarla.
No me deja.
Se aparta del mundo.
Le digo que todo pasa.
Que todo viene.
Que todo se va.
No me escucha.
Ya no.
No habla.
Solo llora.
A veces escribe.
Porque es lo único que le queda.
La veo.
Se aferra a la almohada,
y allí sigue.
Sin respirar.
No puede.
Ya no.