DT

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viernes, 9 de agosto de 2013

Agostos lentos.

Cada vez consigue olvidar.
Cada vez que consigue continuar.
Y dejar de pensar.
Cada vez que las preocupaciones se esfuman.
Y mitiga la ansiedad.
Cada vez que parece que todo vuelve a su sitio.
Que ya no le importa si está bien o si está mal.
Que sea blanco, negro, burdeos o coral.
Cada vez que ya no necesita el 'buenos días, bonita ¿cómo estás?'
Y se le pasa lo de llorar.
Cada vez que todo eso. Regresa.
Y el mundo se vuelve del revés.
Y se para.
Y deja de girar.
Y me falta el aire, no consigo respirar.
Ni decirle que me deje. Que me olvide. Que pare ya. Que no le quiero, que me agota y me mata.
Por que nada es verdad.
Al igual que empezar escribiendo en tercera persona y acabando en propiedad.
Como queriendo engañar.

domingo, 26 de mayo de 2013

Una vez más


Se me abren las noches.
Como el día a la mañana.
Como la puta al que paga.
Como la boca al que habla.
Se abren eternamente de nuevo.
Y me levanto y deambulo, por aquí, por allá.
A ver si me canso del cansancio y se cierra ya la luna.
Pero no, no hay manera.
Y a oscuras veo el caos aparentemente ordenado.
Y me pregunto a quien pretendo engañar. Si a mí o al que venga.
Y también si se dejará engañar o tan solo será un espejo más en el que mirarme. O un arrecife al que encallarme.
Y me pregunto cuanto peso son capaz de soportar estos hombros.
Mutilados de tanto arrastrar, de tanto tirar. De tanto llorar.
Si mi estómago dejara de dudar, si mis manos dejaran de temblar.
Si mi voz no fuera muda y las mantas dieran el calor que nadie da.
Si creyeras que la calma no es fingida y pensaras por un instante que no sé gritar. Que tampoco necesito respirar.
Entonces te diría que tienes razón.
Que las noches son oscuras y los días claros.
Que me gusta dormir sola, sin abrazos.
Una vez más.

jueves, 21 de marzo de 2013

Tal vez.

¿Sabes qué va a pasar?
Va a pasar que va a venir el verano.
El sol y las cañas en una terraza.
Va a pasar que desterraremos los abrigos pesados y las camisetas anchas serán más fáciles de llevar.
Va a pasar que abriremos las ventanas para que entre la brisa sofocando el calor asfixiante.
Va a pasar que podremos saltar en el agua y la piel volverá a estar bronceada.
Las siestas serán a pierna suelta y nos levantaremos con las nucas empapadas de sudor.
Va a pasar que no tendré que pedirte que me abraces ni que me beses la espalda porque ya sabrás que me gusta. Tampoco vas a tener que insistir en que deje de reirme porque terminará por resultarte agradable.
Y reirás conmigo.
Va a pasar que voy a hacer que estés tan bien que no vas a querer irte a ninguna parte.

Puede algún día pase que te enamores de mí y, si lo haces, es justo que sepas que también lo vas a hacer de muchas otras cosas.
Te estarás enamorado de mis miedos, inseguridades y de mi constante necesidad de atención.
De mis enredos, mis dudas y de mi inmadurez.
De una persona que siempre necesita que la hagan sentir especial.
De mi pasado, mis metas imposibles.
De mi carácter a veces amargo, a veces feliz, otras veces triste y muchas otras preocupado, como cuando te vayas a ir de viaje y me entre el pánico al no saber si estás bien.
Te enamorarás de mi mirada, de como brillan mis ojos cuando estoy contigo.
También de como suelo avergonzarme y de los mensajes que te mandaré por las mañanas para desearte un buen día.
De mis rabietas de niña pequeña, de lo pesada que puedo llegar a ser cuando quiero algo y de las tonterías y estupideces que haré para que sonrías.
Te estarás enamorando de alguien que puede llegar a enamorarse mucho más de ti que nadie. De esa sinceridad absoluta que a veces lo fastidia todo. De esa manía de esperar demasiado y decepcionarme constantemente.
Pero lo más importante es que te estarás enamorando de mí, a pesar de que pensé que no sería posible.

Va a pasar que...
Simplemente va a pasar el tiempo.

Para ti, seas quien seas.

martes, 12 de febrero de 2013

A menudo.

A menudo.
Cometemos el error de pensar en lo que una vez tuvimos.
Que no lo valoramos como merecía.
Que no dijimos todo.
Ni hicimos todo lo que pudimos.
A menudo nos anclamos en el pasado.
Intentando aferrarnos a cualquier excusa.
Por recuperarlo.
Por miedo a que el futuro no sea igual.
Lo que pasa es que no será igual jamás.
Será mejor.
Porque los errores solo hacen que recordemos que se puede mejorar.
Aunque a menudo pensemos que cambiar es errar de nuevo.
Cambiar es avanzar.
Madurar.
Aprender.
Aprender a amar, amándose primero a uno mismo.
A menudo la vida nos da golpes.
Dolor que magnificamos cástigandonos constantemente por haber fallado.
A menudo no nos damos cuenta de que el dolor es suficiente en si mismo.
Y la necesidad de castigo realmente no existe.
O no deberia existir.
A menudo no vemos lo perfectamente imperfectos que somos.
Y lo relevantes que somos todos y cada uno en el mundo.
Más a menudo hay que dejar sentimientos de amargura y decepción.
Sin quitarlos, porque existen.
Pero sin darles demasiada importancia.
A menudo tendemos a huir de nosotros mismos.
Y eso nos aparta de la felicidad.
Y de la realidad.
De la realidad feliz que vivimos cada día.

Solo quería compartir que, aunque tú no lo sepas, eres grande.
Muy grande.
Tan grande que mereces que yo te lo diga.
O te lo recuerde.
Tan grande y especial como cualquiera que lo lea.
Tan grande que jamás estarás solo.
Porque yo estoy aquí.
A pesar de los pesares y de que pienses que estoy loca.
Porque sí, lo estoy.
Y, precisamente, por eso me tienes.

sábado, 5 de enero de 2013

Azúcar.

Échale.
Azúcar al café.
Navidad al invierno.
Bailes a la lluvia.
Abrazos a los llantos.
Música a la tristeza.
Ginebra a la tónica.
Gafas al sol.
Alegría al trabajo.
Cerveza a las patatas.
Indiferencia al rencor.
Locura a la rutina.
Valentía a la dificultad.
Flores a la primavera.
Aire al verano.
Estrellas a la noche.
Caricias al amanecer.
Hojas secas al otoño.
Ventanas a las puertas.
Cariño al rico.
Monedas al pobre.
Inteligencia al humor.
Piano a los dedos.
Carcajadas al silencio.
Sueños al dormir.
Ópera al vino tinto.
Vehemencia a las palabras.

Amor a la vida.


Yiruma – May Be