Me apetece frío.
Me apetece lluvia y chimeneas.
Quiero botas, calcetines gruesos y gorros.
Chocolate caliente, porras y castañas.
Quiero besos.
Dulces, salados, amargos, largos y cortos.
Besos en las manos
y en los pies.
Me apetece acurrucarme en el sofá,
y que alguien me acaricie.
El pelo, la espalda, la cintura, el ombligo y el cuello.
Quiero salir, saltar y hundirme en la nieve.
Me apetecen arboles,
esos que nunca pierden las hojas.
Ni la sonrisa.
Quiero sol,
de ese que calienta lo justo.
Me apetece brisa de invierno.
Crema de manos.
Quiero amor.
Amor de verdad,
amor de eres tú y nada más importa.
Y nada más necesito.
Lágrimas de acero,
agujas de cristal.
Flores que superan cualquier tempestad.
Firmes, intrépidas.
Me apetecen columpios y volar.
Volar hasta el cielo.
Quiero ser un colibrí.
O un ruiseñor.
Frágil, maravilloso.
Armónico.
Libre.
Quiero saltar de un acantilado
y dejar que el mar me lleve.
Lejos, al abismo.
Mar helado, inmenso, interminable, grandioso.
Sin horizonte.
Me apetece soñar.
Soñar con ese alguien.
Mi grande.
Tan tan grande.
Ya no ha vuelto.
Lo extraño.
Sus abrazos, sin pausa, sin prisa.
Sus susurros, exactos.
Su cuerpo, perfecto, mio.
Sus manos, enormes.
Su efluvio, cálido y limpio.
Dormiría en la eternidad,.
Quisiera vivir cuando me siento morir.
Llenar el vacío de rosas.
Perderme en su olor.
Embriagar la vida.
Encontrar el mundo.
Sentirme pequeña gigante,
niña valiente.
Pletórica y tranquila.
Protegida.
Sin miedo.
Y ser feliz.
Solo eso.
1 comentario:
me too!
Publicar un comentario